Nuestro encuentro fue serendipitoso, y no podríamos haber pedido una mejor introducción. Nuestros caminos se cruzaron en la vibrante ciudad de Madrid, gracias a nuestro querido amigo, Jake. Fue durante una noche memorable cuando Maggie se unió a Chema y Jake para cenar. Chema, siempre caballeroso, compartió amablemente su pizza con ella, preparando el escenario para una conexión encantadora. Después de la cena, nos aventuramos a disfrutar de unas cervezas refrescantes y un animado juego de Jenga. La camaradería y la risa que llenaron el ambiente lo convirtieron en una experiencia inolvidable. A medida que la noche llegaba a su fin, Jake sugirió que Maggie podria 'cuidar' a Chema al día siguiente hasta que él terminara sus compromisos laborales. La siguiente tarde, emprendimos una aventura de tapas, acompañada de una conversación larga y significativa. Fue durante esta conversación que realmente comenzamos a conocernos, sentando las bases para un hermoso viaje por delante.

A pesar de vivir en ciudades diferentes, nuestro viaje comenzó con innumerables mensajes y conversaciones sinceras. Nuestro primer encuentro no fue simplemente una cita común; se convirtió en una aventura de fin de semana completa. Iniciamos este fin de semana extraordinario con una emocionante escalada por la ferrata de Foradada del Toscar. El impresionante paisaje dejó una huella indeleble en nosotros, y fue un momento en el que Chema no pudo evitar sentirse asombrado por el espíritu intrépido de Maggie. Este día de aventura y adrenalina estableció el tono perfecto para nuestra creciente conexión. A medida que el sol se ocultaba en el horizonte, nos encontrábamos en Benasque, compartiendo un vino que había desarrollado un carácter único y ligeramente rancio con el tiempo. También disfrutamos del delicioso queso Tête de Moine. Estos momentos grabaron un hermoso recuerdo en nuestros corazones, un recuerdo que apreciamos hasta el día de hoy.

Al segundo día, nos aventuramos en una jornada de esquí que estuvo increíble. Nos divertimos un montón en las pistas y después celebramos nuestra pasión por la comida con una buena cena tras un día satisfactorio de esquí. Al caer la noche, descubrimos de pura suerte unas termas calientes, donde disfrutamos de un momento tranquilo y romántico, todo mientras el paisaje nevado nos rodeaba.

Durante los meses de abril a junio, tuvimos un intercambio encantador de visitas. Maggie, la española más orgullosa que no es realmente de España, hizo de guía turística en Madrid, mostrándole a Chema todos los entresijos de la capital de su propio país. Como agradecimiento, Chema introdujo a Maggie en el mundo de las aventuras de montaña, incluso orquestando su experiencia inaugural de barranquismo.

Ese verano, Chema tuvo la oportunidad única de residir en Zúrich, y nos consideramos afortunados de poder visitarnos con frecuencia. Nuestras aventuras abarcaron desde los pintorescos paisajes de España hasta las impresionantes alturas de los Alpes. Fue una experiencia verdaderamente extraordinaria.

Y luego, Maggie decidió presentarle a Chema su tierra natal, ¡Polonia! Fue un viaje increíble que nos llevó a Cracovia y Zakopane. Degustamos la cocina tradicional polaca, probamos el Żubrówka (una experiencia inicial pero sin duda no la última para Chema), e incluso disfrutamos de las melodías de la música folklórica polaca en un refugio de montaña. Fue simplemente asombroso, un descubrimiento para Chema que, conduciría a muchos más viajes a Polonia en el futuro.